La memoria está tomada por dos asombros: el bautismo y el olvido.
Tu corazón reposa sobre el mío como si hubiera salido de una batalla.
Desnudo tu sombra, tu alma, los gestos con que me entregas la flor de tu
pasión,
desvelo en tu cuerpo unos detalles de la alquimia más secreta de la vida.
FM & FH
1 | MIENTRAS TOCABA LA MÚSICA DE LA
SANGRE
Tus ojos son
todavía la fiebre del tiempo,
el ensayo del paso de las cosas por su memoria.
En su interior puedo recordar fascinado
el misterio de las cosas que no pasarán jamás.
el ensayo del paso de las cosas por su memoria.
En su interior puedo recordar fascinado
el misterio de las cosas que no pasarán jamás.
Mientras
evocas y trepas por el silencio de su iris
y cruzas lo
frágil extendido en el interior de su espesura,
entonces
comen los párpados lo aguerrido del recuerdo
y en la
sombra de su oscuro rito desprecian lo necesario.
Lo cautivo
que se traslada de un punto a otro
del
domicilio de tu cuerpo. La botella convertida en lámpara.
El cielo
desprendido del paisaje, con su teatro de riesgos.
Así como te
escucho dentro de mí, llamándome:
con la voz
paciente del silencio y sus laberintos de sal
huyendo
hacia mí por el camino de un hecho inanimado
mordiéndome
el labio superior de la conciencia,
ese que
acaba humedeciendo el arco de la vida.
Y son también
tus ojos la fiebre del espacio, el secreto
del horno y
las alturas de las piedras que vuelan hasta aquí.
La
liberación del sueño que contamos en tu piel.
La
vegetación que cubre tus muslos antes que sea tarde.
Tan llenos
de sí y, sin embargo, solos y custodiados:
luz del día
que hambrienta acoge su secreta forma sangrante.
¡Han de
soñar un día con la música del degolladero!
Y entonces
se deshará la enredadera… Se comerán piedras,
las mismas
que abren y cierran siempre de la mano,
como si
fueran garras hermanadas en la misma sed,
garras
ahogadas en su tintura que se extiende (en mí, en ti)
como alas de
pájaros que se niegan a volar. Pero vuelan.
2 | MIENTRAS
REHACEMOS EL FUTURO QUE DEJAMOS PASAR
El closet está vacío en la fiebre cautiva de una
jornada del fuego.
Hasta las cortinas más invisibles ha arrancado de su
biografía.
Las deudas predecibles y las hormigas como una mesa de
estampados.
Las tareas predestinadas a lo triste se suspenden en
lo saciado.
Dame tu mano que te llevo a buscar la otra joya del
azar, la moneda
hecha de ventanas que conocen la frecuencia del oro
del abismo.
Dame tu mano que te enseño a ver con los dedos de la
noche,
con la transparencia de las aguas y la comunión
de lo diáfano.
Porque está vacío también lo que alguna
vez cubrió nuestra silueta.
¿Qué asalta ahora a nuestros inseguros estados del
tiempo?
Mis lápices comen el vértice de
los sueños de carboncillo
y con sus faldas de leña dejan escapar imprescindibles
ondulaciones.
El amor moderno se enreda en los cables de su
premura
y en su tinta se ahogan los restos
de este pasado, las escamas
de una noche y otra sucesibles mientras sudamos de
deseo.
El amor es un monstruo nacido de una cópula de
espejos.
Un pastel de imágenes, un empate de anzuelos en la
carne roja.
Yo te quiero en mi ser como una transfiguración de
caídas.
Un pescado servido en las aguas hirvientes de tus
vértigos.
Hay que vaciar todo, el ropero del alma, los toneles
del dolor,
el mismo canto del desierto antes que uno muera de
sed.
3
| MIENTRAS DESCUBRE EL FUEGO COMO CAMINAR EN TUS COSTADOS
La noche cambia de sitio en tus manos.
Por veces busco tu nombre en mi piel.
Tu mirada traviesa deletrea otros sabores.
Una calentura de hierbas, una posesión
de mitos en los manjares de tu cocina.
Se acerca el fuego a mi almacén de pólvora.
Se acerca un latido veloz y una respiración
cortada con los cuchillos que guardo debajo
de esa alfombra húmeda arqueada en la palabra.
Como si el tiempo fuera más que humo,
me acerco a la ciudad sitiada de tus muslos.
Yo te quiero más allá de tu leyenda, más allá
del destino que los dioses confían a tus pies.
Yo te quiero más allá de la noticia del diario,
de la mutua condición de humildes mortales.
Aún sin tiempo para amarnos demasiado,
duda y certeza expiran en nuestro calendario.
Y yo te quiero más allá del instante náufrago
donde algún día vimos rendido nuestro deseo.
4
| MIENTRAS LA NOCHE SE ALIMENTA DEL ESPÍRITU CREATIVO DE SUS SOMBRAS
He buscado el fulgor de un mundo invisible,
el abismo minucioso de las caídas, el dolor del
aprendizaje
y sus cuidados con las lámparas del pasado.
¿Cómo nos reconocimos en el centelleo de estas
palpitaciones?
¿Hasta qué punto eres un mundo indescifrable para mí?
¿Me bastarán los ojos para lamer de la luz de uno solo
de tus días?
Nunca antes me vi con los bolsillos tan llenos de
túneles.
Nunca antes me negué a verme desde esta silueta
salpicada de sangre.
Y ahora todo cursa un tránsito nocturno en pleno
meridiano.
Todo tiene un nombre cruzando la frontera que nos une.
Y ya no sabes de mí lo que he esperado de ti la vida
entera.
5 | MIENTRAS ESPERO QUE EL RELOJ
COMA SUS HORAS U OLVIDE QUÉ HACER CON ELLAS
Mi libro de
historia ya no tiene pasado,
una parte de
mi se ha comido sus páginas.
Abro los
brazos para planear como vuela la noche
y el ascenso
de pájaro que a si mismo consume.
Hay en mi
libro un camino de todo inalcanzable,
un poco
lejos de nosotros, recordando los días
que todavía
no llegan con su sueño pasado en limpio.
La piedra
revela el signo del pez en su entraña,
el sonido
del agua que agita mis escombros.
Todo vuela
en esta noche, y con mi música ciega
voy cantando
al silencio que acoge mi cántaro.
Hay en mi
libro un lomo de bestia agonizante,
un nido
de imágenes que a mis nervios destrozan.
¿Dónde se
han ido todos los besos que un día
he atrapado
con mi red de cazar mariposas?
¿Dónde se
han ido las aves que se cansaron
del
esplendor del mismo tránsito libro afuera?
Bajo la
ventana del abismo he pensado en ti.
Cuando te
fuiste dejaste unas páginas rotas
y muchas
otras con sus palabras desterradas.
Pero el
libro vuelve a escribirse como incierto,
cosiendo sus
orillas, desgajando la memoria.
6
| MIENTRAS LAS ARMAS NEGRAS DE LA MIRADA TRASBORDAN UNA PESADILLA DE SANGRE
¿Qué hubo
con la noche que anduvo por acá? ¿Ha cambiado de lugar, como si ahora fuera
otra la forma de su abandono? ¿Qué hubo con la línea de tiempo que mueve de
sitio los efectos alucinógenos de la mirada? ¿Qué hacer con las preguntas
cuando pierden sentido? Ellas circulan encerradas en su signo de incertidumbre.
Con los fantasmas de las respuestas improbables en sus costados, ellas circulan
como nosotros en un cuerpo prestado. En medio de la noche ha despertado su ruido nuestro
juego de sombras. ¿Es oscuro el placer cuando nos muestra su ruina? ¿Es
inocente la inquietud cuando derriba la casa? ¿Qué ha pasado con las monedas
del espanto? Es otro el sonido de la caída de los errores en la máquina de
desviar horizontes. Otro el desvarío de las horas que han llegado con retraso
en el desván de su olvido. ¿Qué hacer con tantos sueños inundados de vigilia?
¿Cómo deshacerse de las mentiras inverosímiles?
7
| MIENTRAS EL ALMA BUSCA SUS BULTOS PERDIDOS BAJO LA PIEL DE LOS ESPEJOS
Como
un laberinto figurado la noche recurre a tu cuerpo
relleno
de escamas y la prosa oculta en tu deseo.
Enséñame
el color de las plantas y cómo todo en el mundo
equivale
a zambullirse en tu caos.
Quiéreme
de la forma oscura en que las raíces aman su silencio.
Quiéreme
aun mutilada en las extensiones de mi simulacro.
Todas
mis líneas húmedas secaron su agonía esperando la mirada del sol.
Sus
penas máximas, las conclusiones de su fe, el aroma del
dolor recién cortado
se
enhebraron en el más solitario de todos mis dedos: ese que te señala.
Oh
dime con tu posesión, ¿quién soy? ¿Cómo te escribes
en
mi ser antes que yo misma perciba el calor de tus partes?
Puedo
recordar la ruta de tus pies, el espinazo de tus gemidos, las arterias de tus
sueños,
igual
como puedo caminar por la piel de los espejos y el vientre de la luna, una
noche más, y ya no estás.
Sabueso
mi pasado vaga por las incertidumbres de tu anarquía.
Salta
por las miserias que sirven de techo a las casuchas del hambre cotidiana,
consume
las noticias de los diarios, las dibujadas con la forma del hueso.
¿Me
darán los pies para cruzar de la que soy a la que fui?
Ahora
no necesito más que salir de un mundo a otro, aunque disfrazada de huésped de
los vértigos, ya no importa.
Preparo
el tránsito de tu vivienda, la invisible cáscara de tus premisas,
y la
semilla con que te haces mío mientras la eternidad se pierde en mis brazos.
8 | MIENTRAS EL ESCARNIO ABRE LAS PUERTAS DEL
TEATRO EN LA NOCHE FRÍA
En la oscuridad el amor se
parece embijado,
con sus calles rellenas de
plagios y las plumas
impronunciables locas
codiciadas por las sombras.
Hecho de ritos en desuso,
el amor mascado por la tribu,
esforzado acostado sobre el
monte,
con el tambor agotado de
sus reverencias.
A mitad de camino yace la
parte oscura del amor,
un cuerpo cansado de lamer
su horizonte,
un brillo que lustra el
abismo de sus zapatos,
dos manos heridas vaciando
la noche.
A mitad de camino ya no se
importa con nadie el amor.
Las cosas pasan por mi y
aún no las puedo alcanzar.
La mirada de un dios
rondando la tempestad,
la pipa de otro abortando
mis ilusiones
y una palizada de calaveras
reseñando el dolor.
9 | MIENTRAS LA SOLEDAD CAZA SUS MOTIVOS POR LA
CASA VACÍA
He
descubierto una noche perdida entre mis sueños,
una
noche con sus piedras de colores insospechables
y
una divinidad asombrada con sus poderes ya sin significado alguno.
He
descubierto los restos mortales de mis pensamientos.
Así como un dios descubrió su manzana en la boca del hambre.
Los sueños logrados sembraron su dolor en la escasez de los maceteros
y desde entonces los santos y los milagros duermen en mis cicatrices.
Por eso he descubierto hoy la ausencia acumulada de las otras,
los calzados despoblados de cuerpos deambulando por un futuro inhóspito,
promisorio de vacío, como el diario que anuncia con sus pompas,
la luz sanguinaria de los días que apenas abrieron los ojos se comieron la
ilusión del siglo.
Por eso la noche camina por las calles como si fuera su último acto,
y mi pecado tal vez sea el de haber reconocido los fantasmas
antes mismo del golpe mortal de sus rutineros extravíos, antes mismo
que la casa se convirtiera en un nido de llagas y el dolor se fuera de vez,
por inútil.
He descubierto en mi vida una semblanza de vacíos que prosperan.
10 | MIENTRAS LOS DETALLES SINCEROS DESCASCAN SU
PIEL BUSCANDO OTROS NOMBRES PARA EL MISMO RITO
Mi
corazón necesita una tregua.
Ya
conozco los fantasmas todos de la casa.
Sus trucos
son como los músculos mecánicos del azar.
Y el mismo
azar rompe los troncos flotantes del horizonte.
Las
paredes blancas consumieron los paisajes
que de
algún modo nos dibujaron.
Rincones
rotos en lo volátil del latido.
Me
desconoces casa. Todos tus objetos
-aun todos
juntos- no definen mi forma primigenia.
Me
desconoces casa. Todas tus ventanas
no son
lo suficientemente anchas para dejar
que
bailen los demonios como en una fiesta más allá del espacio.
Me
desconoces casa. Todos tus caminos
no
pueden con el abismo de las cosas invisibles
que
nacen por todas partes de mi cuerpo.
Mi
corazón necesita una síncopa, una letra menos
en su
laberinto de fuegos. Yo te necesito,
sin que
sepas la esencia de mis símbolos.
[Improvisación para dos pianos ₢ 2013, serie escrita al
alimón. Ensayo fotográfico, 2015 ₢ Floriano Martins.]
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